La desobediencia civil
consiste en desobedecer leyes injustas.
En la desobediencia civil
prima la legitimidad,
en lugar de la legalidad.
El
1 de octubre de 2017, Cataluña vivió el mayor acto de desobediencia civil
habido en Europa.
Dos
millones doscientas mil personas votaron si Cataluña debía ser una república
independiente.
El
Tribunal Constitucional prohibió la consulta.
Jordi
Sánchez y Jordi Cuixart, líderes de la Asamblea Nacional Catalana y de Omnium Cultural,
fueron encarcelados.
Miles
de policías actuaron brutalmente.
La
autonomía de Cataluña fue suspendida.
Su
parlamento, clausurado.
Su
gobierno, destituido.
Algunos
de sus miembros se exiliaron.
Otros
fueron encarcelados y acusados de rebelión, sedición y malversación, en un
juicio farsa.
El
30 de setiembre de 1019, hace unos días, 500 guardias civiles detuvieron a 9 personas.
Les
acusaron de terrorismo, a pesar de no tener ningún material explosivo. Sólo posibles percutores, para posibles actos terroristas.
Ante la inminencia de la sentencia del "Procès" y el período preelectoral de las elecciones generales del próximo 10 de noviembre, intentan
identificar el independentismo catalán con terrorismo.
Ante
todo esto, en Cataluña se plantea la desobediencia civil, activa y pasiva.
La
desobediencia civil activa consiste
en hacer algo que va contra la ley:
Huelgas
salvajes; ocupaciones; sentadas; huelgas de hambre en lugares emblemáticos;
bloqueo de vías de tráfico; caceroladas; escraches, a personas, organizaciones
o partidos que se niegan a cambiar leyes.
La
desobediencia civil pasiva consiste
en negarse a hacer algo que la ley dice que hay que hacer:
Por
ejemplo: no disolver una manifestación o una ocupación, arrojándose al suelo y
entrelazando los brazos colectivamente, de modo que la policía no pueda
disolverla sin violencia.
El
éxito de la desobediencia civil requiere un grupo de activistas dispuesto a
asumir todas las represalias: prisión, exilio, multas, torturas, etc.
También
requiere el apoyo mayoritario de la población. Algo que los medios de
comunicación intentan evitar, presentando una imagen violenta, caótica y
destructiva de la desobediencia civil.
Actualmente
tenemos derechos porque muchas personas incumplieron la ley luchando por ellos.
Las
mayores injusticias, en cambio, las realizaron personas obedientes que sólo
cumplían órdenes: militares, torturadores, policías, jueces, funcionarios, etc.
¡Viva
la desobediencia civil!
Hola Bildu. Un compañero cántabro de los setenta me ha dicho que ese es tu blog. Voy a ciegas, disculpame. Soy Mikel Orrantia (Askatasuna). mikel.orrantia@yahoo.es
ResponderEliminarMe gustaría saber de ti y salud darte.